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Vivir una infancia sana puede determinar su futuro
Para que esta sociedad pueda tener un futuro saludable y prometedor, es importante reconocer los problemas y solucionarlos antes de que empeoren.
Estudios acerca del estrés y adversidades como la violencia, el abuso y la negligencia en los niños, señalan como estas situaciones pueden claramente debilitar el desarrollo del cerebro, y a la vez como también pueden predisponer el cuerpo a una alerta constante de estrés, cuando se trata de responder a cualquier situación en la vida diaria, por mínima que sea.
El individuo siente que tiene que estar a la defensiva a toda hora. Por otro lado, la ciencia también muestra que las relaciones estables en los primeros años de vida pueden prevenir o incluso revertir los efectos dañinos del estrés en temprana edad.
Una relación estable sin duda trae beneficios al niño y facilita el aprendizaje, un buen comportamiento y una mejor salud.
En síntesis, el crecer en un ambiente donde se respira seguridad, amor y confianza, va a tener resultados muy favorables en el individuo.
La gran mayoría de las personas que gozan de una buena salud mental y emocional dicen haber vivido en un hogar donde sus padres les ofrecieron cariño, paz y mucho afecto. Estos podrían fácilmente ser los ingredientes perfectos para vivir una vida integra y plena.