Mirando el lado positivo

 

Es interesante observar el comportamiento de los seres humanos. Cuando hablo con personas que están atravesando por una situación adversa, veo como muchas de ellas se enfocan más en la tristeza, el desconsuelo y la tribulación, que terminan sintiéndose más amargadas y melancólicas.

Pero también existen los individuos que por muy difícil que sea su situación, toman una postura positiva tratando de no pensar en el problema y más bien enfocan su energía en buscar una solución a la dificultad.

Estas son personas que están constantemente explorando maneras de desarrollar destrezas y buscando herramientas para encontrar la felicidad y lograr tener una buena salud mental, un bienestar que se convierte en una prioridad en sus vidas.

Cuando existen problemas en una relación es preferible no enfocarse en los defectos de la otra persona, sino más bien en aprender a apreciar sus fortalezas y cualidades. Infortunadamente, vemos que la tendencia de ver las cosas negativas esta arraigada en muchos seres humanos, incluyendo padres de familia.

Cuando hablo con algunos de ellos y les pido  que mencionen algo positivo acerca de sus hijos, muchos no encuentran que decir. Sin embargo, curiosamente, cuando voy a sus hogares y miro alrededor de la casa, veo dibujos preciosos, verdaderas obras de arte, y fotos de sus hijos haciendo toda clase de deportes.

Pero, solo los escucho decir ‘ese muchacho nunca hace tareas, se la pasa en la calle a toda hora y no presta atención a nada de lo que se le dice’. Algo similar escucho cuando las parejas tienen problemas, ya sea él criticando a su cónyuge o ella bombardeándolo con frases ofensivas e insultantes.

En lugar de concentrarnos en las cosas negativas, es mucho más provechoso analizar las características positivas de la persona. Algo bueno tiene que tener. Bajo condiciones normales, todos tenemos la capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo si hacemos algo positivo o si escuchamos un comentario afirmativo.

Lógicamente, si el individuo sufre de una depresión clínica o de problemas emocionales graves, este va a requerir de una intervención médica o profesional. Pero ahora me estoy refiriendo a problemas de la vida diaria que muchas veces no nos dejan vivir en paz y nos hacen sentir asfixiados.

Pero casi todo en la vida tiene solución. Poder seguir consejos e instrucciones simples podría cambiarle la manera de ver las cosas y obtener un vuelco de 180 grados en sus emociones.  Pequeños detalles como practicar un deporte, escuchar música, salir a caminar, llamar a un amigo, meditar, llevar a cabo ejercicios de relajación o hacer algo para ayudar a una persona necesitada, no solo le ayudará a mantener su mente ocupada, sino que también lo puede hacer sentir mejor.        Conozco algunas personas que les encanta alquilar películas chistosas y las ven una y otra vez, como cuando eran niños. Estos individuos se relajan de manera impresionante y logran olvidar sus penas por un buen rato. Otros buscan fortalecerse espiritualmente, algo que les trae mucha paz y tranquilidad en sus vidas. Además, una dieta sana es indispensable para poder gozar de una vida saludable.

Durante el día preste atención a las cosas pequeñas que le puedan hacer sonreír. A lo mejor es ver a una mamá y un niño en la parada del autobús por la mañana. Tal vez es llegar temprano a su lugar de trabajo, o llamar a esa persona especial que hace días no escuchaba su voz.  Al final del día, anote todas las cosas que le hicieron sonreír o sentir mejor. Busque esas cosas que le pueden traer felicidad o al menos tranquilidad. Están en todos los lados. No es difícil, porque las cosas que nos hacen sentir bien no se compran ni tienen un precio.

Aprenda a apreciar lo que tiene. Usted merece tener días placenteros. ¡Hágalo!

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