El SIDA / VIH y la salud mental

Para mí es muy gratificante ver como activistas en la comunidad están constantemente llevando a cabo campañas de prevención y educando a familias hispanas acerca del SIDA y el VIH. Sin duda existe una relación muy estrecha entre los individuos que tienen el virus y su salud mental.

Estudios dicen que las personas que han sido diagnosticadas con la enfermedad del SIDA o si tienen el virus, casi siempre muestran señales y síntomas de depresión y otros desordenes emocionales que usualmente interfieren con sus funciones diarias. Sin duda, el enterarse de una noticia de esta magnitud va a tener un impacto psicológico en la persona afectada y en sus familiares. Consecuentemente estos casos deben ser muy bien manejados por el personal de salud que atiende al paciente.

En una investigación realizada por los doctores Miller y Prhen, estos dijeron que “la inmunodepresión producida por el estrés psicológico puede aumentar la vulnerabilidad del organismo en la enfermedad”. En otras palabras, el estado depresivo en el paciente puede empeorar los síntomas físicos de la enfermedad. También vemos como algunos pacientes sufren de trastornos de ansiedad cuando están esperando los resultados; esta ansiedad se agrava cuando la persona que ha contraído el virus, recibe el diagnóstico. La ansiedad puede ser simple, desde nerviosismo, insomnio o pérdida del apetito, hasta verdaderos ataques de pánico.

El tratamiento que se ofrece a los pacientes con SIDA y depresión es usualmente la combinación de una terapia hablada con medicamentos. Además grupos de apoyo pueden ayudar a que los pacientes reduzcan sentimientos de aislamiento y desespero. Los ejercicios físicos también ayudan a minimizar síntomas de depresión. Un estudio realizado en Nueva York mostró que muchos pacientes que habían combinado tratamientos medicinales con un programa diario de gimnasia exhibieron muy buenos resultados, a tal punto que muchos pudieron superar la depresión.

La asistencia inmediata por parte de un profesional en salud mental es necesaria, especialmente cuando el paciente que ha contraído el virus del SIDA se siente decaído y desanimado. Esto podría ayudar a prevenir a que el paciente abandone el tratamiento por completo. La necesita de estabilizarse emocionalmente y fortalecer su entorno familiar y social es importante.

Si usted ha contraído el virus del SIDA y se siente deprimido, busque ayuda profesional.

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