¿Le preocupa su apariencia física?

¿Cree que su aspecto físico es muy desagradable?, ¿siente a toda hora que le gustaría cambiar alguna parte de su cuerpo? Alrededor del mundo ciertas personas responden afirmativamente cuando se les hace estas preguntas, por lo que es posible que algunos de estos individuos estén sufriendo del Trastorno Dismórfico Corporal’, que es un tipo de enfermedad mental crónica en donde la persona cree constantemente tener un defecto físico en su apariencia, muchas veces un defecto menor o imaginado.

Para los individuos que sufre esta enfermedad, su aspecto parece tan vergonzoso que no quiere ser visto por otros. En algunas ocasiones es llamado fealdad imaginaria’. Es por esto que algunas personas se hacen infinidad de cirugías plásticas, pero nunca quedan satisfechas.

Cuando alguien sufre del Trastorno Dismórfico Corporal’, la persona se la pasa obsesionada con su apariencia y su imagen corporal, a menudo durante muchas horas al día. Buscan numerosos procedimientos cosméticos para tratar de “arreglar” las fallas detectadas, pero nunca está complacida.

Las causas varían de persona a persona, pero por lo general es ocasionado por una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. Además, el abuso físico, mental y la negligencia emocional, son experiencias de la vida que pueden contribuir a que una persona desarrolle este trastorno.

Usualmente los síntomas comienzan en la adolescencia o a principios de la edad adulta, donde la autocrítica de su apariencia personal es tan marcada que el individuo pierde la noción entre el “yo real” de la persona y el “yo ideal”.

Es posible que sufran también de depresión, fobia social y trastorno obsesivo-compulsivo. La persona afectada puede llegar a ser hostil hacia los miembros de la familia sin ninguna razón.

Existen síntomas y señales que pueden ayudarle a determinar si sufre de esta enfermedad, pero la evaluación por parte de un profesional en salud mental es su mejor opción.

  • Preocupación por su apariencia física.
  • Firme convicción que usted tiene una anomalía o defecto y que por eso usted es fea.
  • El deseo frecuente de mirarse en el espejo para “examinarse”, o por el contario, evita los espejos por completo.
  • La creencia de que otros están siempre notando su apariencia de manera negativa.
  • La necesidad de escuchar la opinión de otros para saber como usted luce.
  • Tratar toda clase de cosméticos y nunca estar satisfecha.
  • El exceso de aseo.
  • Rehusar completamente aparecer en fotos.
  • Estar comparando su apariencia con la de los demás.
  • Evitar situaciones sociales.
  • La necesidad de usar maquillaje excesivo o ropa para camuflar los defectos percibidos.

Aunque la persona se puede obsesionar con cualquier parte del cuerpo, usualmente estos individuos se preocupan principalmente con las siguientes partes:

  • Nariz.
  • Cabello.
  • Piel.
  • Tez.
  • Arrugas.
  • El acné y las manchas.
  • La calvicie.
  • Tamaño de los senos.
  • Tamaño de los músculos.
  • Genitales.

La persona está tan convencida de los defectos que esto muchas veces se convierte en alucinaciones. Se imaginan algo horrible en su cuerpo, aún cuando el resto de las personas le están diciendo lo contrario.

La vergüenza es tan grande que esto impide al individuo buscar ayuda. Pero si usted cree identificarse con algunas de estas señales o síntomas, hable con su médico o con un profesional de salud mental.

El Trastorno Dismórfico Corporal’ por lo general no mejora por sí solo si no es tratado, lo cual puede empeorar con el tiempo y dar lugar a pensamientos y conductas suicidas.

Para el tratamiento se pueden incluir medicamentos y la terapia cognitivo-conductual.

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