La solidaridad nos hace más felices.

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de España, señala que el poder ayudar a otros tiene efectos muy provechosos y puede inclusive hacer sentir más felices a las personas que brindan la ayuda.

Muchas veces pensamos que estamos haciendo poca cosa o que lo que hacemos por otros no es suficiente, pero sin duda, estamos contribuyendo en algo positivo cuando ayudamos a otras personas y esa acción nos puede hacer sentir mucho mejor.

El poner un granito de arena para construir una sociedad más solida y próspera tiene efectos favorables no solo en el individuo que recibe la ayuda, sino también en el que la provee.

El estudio dice que para ser felices necesitamos ser optimistas. Pero, ¿cómo se puede ser optimista en estos tiempos de crisis e incertidumbre? “siendo solidarios e imitando las actitudes positivas que vemos en otros frente a la adversidad”, respondió Serra Grabulosa, uno de los autores del estudio.

Igualmente, el informe resume que un aspecto muy relevante es la influencia de la familia y los amigos en el proceso ya que, los que se sienten acompañados, se sienten más saludables que los que tienen menos apoyo.

Además, si tenemos un buen círculo de amistades y familiares las probabilidades de sentirnos más alegres va a aumentar de manera considerable.

En ocasiones vemos como algunas veces personas que tienen trabajo son infelices, mientras otros que están sin empleo se sienten mucho mejor. Una crisis no tiene por qué afectar el optimismo en un individuo.

El informe también indica que las desgracias tampoco deben determinar el estado anímico de la persona, ya que el nivel de satisfacción vital de las personas que habían sufrido una desgracia en fechas recientes era significativamente menor que el de las personas que no habían sufrido un suceso de este tipo. Un buen apoyo social puede ser un excelente amortiguador a los eventos trágicos e inesperados.

Desafortunadamente todavía escuchamos a personas decir que el dinero hace la felicidad. El estudio agrega que no hay una relación entre las condiciones materiales de vida y la felicidad.

La mayoría de las veces la felicidad no va a llegar por arte de magia, es necesario salir a buscarla y encontrar ese motivo o aliciente que nos ayude a ser más felices.

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