Problemas en la pareja y la familia

 

El número de divorcios en los Estados Unidos es preocupante. Desafortunadamente los divorcios se han convertido en un evento muy común y muchas personas no logran aprender la lección después del primer divorcio.

Se calcula que en los Estados Unidos aproximadamente entre el 40 y 50 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio en los primeros ocho años de casados. Este número aumenta a casi el 67% en las parejas que se casan por segunda vez, y el porcentaje de divorcios en las parejas que se casan por tercera vez es aún mayor.

Sin duda las consecuencias de un divorcio pueden ser graves no solo para la pareja sino también para los niños, cuando hay menores en la relación. Los hijos de padres divorciados usualmente presentan dificultad en sus relaciones sociales, mayores problemas emocionales y fracaso escolar. Además, de que presentan un nivel más alto de agresividad y el uso de alcohol y drogas es más elevado comparado con el de niños en matrimonios estables.

Es importante analizar en qué momento durante la relación se empezaron a generar las tensiones, exigencias e incomprensiones. Una terapia puede ayudar a la familia a encontrar y descubrir lo que realmente están sintiendo. También puede ayudar a entender la forma en que se están comunicando y como este proceso puede ser lo que está generando tensiones y desacuerdos.

La doctora Myrna Weissman, profesora de psiquiatría de la Universidad de Columbia, dice que las disputas en los matrimonios se dan a menudo sobre las responsabilidades de quien se encarga de hacer ciertas tareas en el hogar, sobre quien tiene el poder para decidir qué es lo que hay que hacer, las finanzas, las relaciones con miembros de la familia de origen, el cuidado de los hijos, actividades sociales y de trabajo fuera de la familia, sexualidad e intimidad y la comunicación.

Existen ciertos factores que nos pueden dar una pista que un divorcio esta próximo a suceder. Por ejemplo, la infidelidad, el abuso de alcohol y drogas y la violencia doméstica son algunas de las razones por las cuales muchas parejas terminan su relación. También podemos ver como muchas parejas se divorcian debido a los celos y a veces por el gasto de dinero descontrolado por parte de uno o ambos en la relación.

Estudios muestran que uno de los problemas de conducta en las parejas es la comunicación. Desafortunadamente, una comunicación negativa generalmente se responde con otra comunicación negativa. Esto usualmente va a escalar y termina muchas veces en un conflicto mayor de violencia. En un matrimonio donde las parejas han aprendido a comunicarse, casi siempre una interacción negativa es seguida por una respuesta positiva por parte del otro cónyuge.

En matrimonios armoniosos también existen diferencias y desacuerdos. Sin embargo, estos han aprendido a controlar sus emociones y suelen resolver los problemas cuando están más tranquilos. Estas parejas saben cómo reflexionar sobre la forma en que se está dando la comunicación. También conocen técnicas y tienen las herramientas necesarias para confrontar situaciones difíciles en su relación.

No hay duda que las familias que gozan de una buena relación la mayoría de las veces tienen mejor salud física, emocional y psicológica. Esto se debe a que el nivel de estrés es mucho menor, comparado con el de familias donde los conflictos son frecuentes y las peleas se ven casi a diario.

Existen muchas intervenciones y modalidades que pueden ayudar a la pareja a tener una relación más saludable. Una de las razones por la cuales las parejas caen en un círculo vicioso y no encuentran solución a sus conflictos es la falta de habilidades para comunicarse y resolver sus problemas.

Busque un proveedor de salud mental en su área con experiencia en asuntos conyugales si cree que su relación se esta deteriorando.

Para más información acerca de este tema visite http://es.wikipedia.org/wiki/Terapia_familiar

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